En 1989, Joan Lerma, entonces presidente de la Generalitat valenciana, asumió la idea de José María López Piñero, catedrático de historia de la ciencia de la Universitat de València, de construir un museo científico en los terrenos del Jardín del Turia que lindaban con el Camino de las Moreras. Lerma encargó la creación de un equipo que articulara el proyecto y que visitó espacios de similares características en Múnich, Canadá o Londres para elaborar un proyecto de evidente cariz pedagógico: un átomo serviría de guía al visitante para mostrarle todas las facetas de la naturaleza.
El museo iba a ser el centro a partir del cual giraría un complejo, mitad cultural, mitad turístico, que iba a servir para "hacer de Valencia un lugar emblemático", según expresó el propio Lerma en la presentación de las obras, dos años después. La Ciutat de les Ciències, que era el nombre que el Consell daba a la iniciativa, constaba de una torre de comunicaciones de 370 metros de altura -la tercera más alta del mundo en aquellos momentos-, un planetario y el museo de carácter científico. El coste total de las obras se estimaba en unos 25.000 millones de pesetas, unos 150 millones de euros.
Aquel proyecto provocó, desde el principio, el recelo de la oposición. El PP vio en la Ciudad de las Ciencias, una "obra faraónica" que sólo serviría para hinchar el ego de los socialistas, impulsores de la iniciativa. La torre de comunicaciones fue el principal blanco de las críticas. No obstante, la obra siguió los cauces legales para su construcción.
En mayo de 1991, el Consell aprobó la cesión de terrenos, cuatro meses después presentó el proyecto diseñado por Santiago Calatrava y, a finales de aquel año, dio luz verde a la constitución de una empresa pública que sirviera de puente para las concesionarias de las obras. Las obras se iniciaron a finales de 1994.
La intrahistoria de aquel proyecto es, sin embargo, diferente. El equipo que había diseñado el museo no vio con buenos ojos la forma en que Santiago Calatrava concebía el edificio y se produjeron muchas divergencias.
Con las obras adjudicadas y los fundamentos de la torre construidos, el PP accedió a la Generalitat y al poco tiempo detuvo el proyecto. José Luis Olivas, consejero de Economía y Hacienda, ordenó la paralización de las obras y anunció que el gobierno autonómico rediseñaría la Ciudad de las Ciencias "con una filosofía distinta". Tras cuatro meses de agria polémica el Consell decidió retomar el proyecto de Calatrava, aunque no de la torre de comunicaciones, donde situó un gran surtidor de agua bautizado como "el chorrito" por los medios de comunicación.
La redefinición del complejo añadía el arte a la ciencia para conformar la Ciutat de les Arts i les Ciències -o Ciudad de las Artes y las Ciencias-, que mantenía dos de los edificios proyectados por el gobierno de Lerma (el museo de las ciencias y el planetario), sustituía el icono de la iniciativa socialista -la torre-, por un palacio de ópera y añadía un nuevo elemento: un parque oceanográfico -l'Oceanogràfic-. Calatrava rediseñó su trabajo inicial y, el 20 de junio de 1996, presentó su segundo proyecto, en el que él se haría cargo del diseño de tres de los edificios: L'Hemisfèric en forma de ojo humano, el Palau de les Arts, y el Museu de les Ciències. El mexicano Félix Candela, uno de los maestros del arquitecto valenciano, elaboraría el Oceanogràfic. Después de dos años paradas, las obras se reanudaron en 1997.
En abril de 1998 abrió sus puertas al público L'Hemisfèric. 11 meses después, a las puertas de unas elecciones, el presidente Eduardo Zaplana inauguró el Museu de les Ciències Príncipe Felipe, aunque las obras no estaban terminadas. El museo se abrió al público 20 meses después. El 12 de diciembre de 2002, se abrió L'Oceanogràfic, el mayor acuario construido en Europa. Y el 8 de octubre de 2005 la obra total se culminó con la apertura del Palau de les Arts, que perdió su condición inicial de sede de la Filmoteca para convertirse en un teatro de ópera cuyo diseño es muy similar a otro edificio de Calatrava: el Tenerife Opera House.
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